Tras la pandemia, la forma de relacionarnos ha cambiado y usar la tecnología para hacerlo es cada vez más frecuente. Los efectos en el campo de la salud también se han dejado sentir, por ejemplo, en la relación médico-paciente y los canales digitales para dar atención médica.
Los Ecosistemas de Salud Virtuales brindan la capacidad de informar, personalizar, acelerar y aumenta el alcance en prevención y cuidado de la salud. Ofrecen una gran promesa para transformar la prestación de atención médica al permitir interactuar con los pacientes desde donde se encuentren y ampliar el acceso a la atención clínica.
A medida que evoluciona este tipo de atención médica, la cadena de valor (vista tanto desde el punto de vista del paciente, como del profesional de la salud) se va enriqueciendo, ya que tiene el potencial de cubrir exitosamente las 4Cs del bienestar del consumidor y de la entrega en el cuidado de la salud:
- Continuidad: posibilidad de brindar atención en el lugar dónde se encuentre el paciente (en casa, en el hospital, de vacaciones, en el consultorio, etc).
- Conectividad: se incluye información asincrónica y sincrónica.
- Coordinación: se integra a toda la cadena de valor del cuidado de la salud.
- Cuidado continuo: se puede recibir atención desde la prevención hasta momentos de enfermedad o cuidado crónico.
Principales retos de la salud virtual
Durante la fase de respuesta temprana de la crisis de COVID-19 muchos sistemas de salud, consultorios médicos y profesionales de la salud implementaron rápidamente procesos relacionados con la salud virtual. Mientras que los consumidores podrían perdonar experiencias defectuosas con visitas o soluciones virtuales de salud durante la crisis, es necesario trabajar en el refinamiento en el corto y mediano plazo. Para ello, un enfoque de trabajo posible sería considerar cuidadosamente qué prácticas tradicionales ya no funcionan, ampliar los nuevos aprendizajes que sí funcionaron y una hacer la transición durante los próximos años.
La promesa de la tecnología, la automatización y la atención a distancia ofrece la esperanza de que seamos capaces de liberar en tiempo a los profesionales de la salud para que ejerzan con su máxima capacidad, y hacer realidad la visión de un sistema centrado en los pacientes en lugar de uno centrado en el propio sistema.
No cabe duda de que el futuro es prometedor y que se acercan importantes avances que mejorarán la interacción entre médico y paciente, ya que contaremos con pacientes empoderados, interoperabilidad de datos y avances tecnológicos que transformarán los sistemas de salud en el mundo.
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